Entradas

Mostrando entradas de 2019

Déjenme que les hable de Lola

Imagen
Hace tiempo que olvidé el sabor de los labios de Lola. Ese jugo dulce de su saliva que alteraba mi sangre y me hacía volar. Ahí, tan alto, donde la vida era tan bonita que hasta parecía de verdad. Déjenme que les hable de ella. Lola lo tenía todo pero a su vez, no tenía nada. No le faltaba de nada pero al mismo tiempo, necesitaba de todo. Por fuera, tenía la vida que cualquiera podría desear pero por dentro, todo era gris. Noche tras noche, Lola se refugiaba en el edredón de su cama y perdía la cuenta de las horas que pasaba secándose las lágrimas preguntándose por qué no era feliz si precisamente lo tenía todo. Cuando niña, Lola siempre soñó con tener ese amor que veía en las películas. Lo idealizó, lo dibujó en su mente y le dolió especialmente cuando descubrió demasiado joven que hay mucho hijo de puta disfrazado de príncipe azul. Aquel que jugó con su corazón virgen le dejó cicatrices muy profundas, de esas que no se pueden ocultar con la manga de una camiseta. Y termi

La última vez

Imagen
Alex abrió el grifo de la ducha y mientras se quitaba el pijama, se miraba al espejo a la vez que bostezaba de sueño. Vio el pintalabios de ella encima de la repisa y no pudo evitar en esbozar una leve sonrisa. Tras la ducha, no tardó en prepararse el desayuno y en solo un par de minutos, la cocina olía a tostada recién hecha y zumo de naranja. Alex apuraba el último mordisco de la rebanada de pan mientras acababa de leer la prensa deportiva con las últimas noticias de la mañana. Terminó de vestirse y antes de salir por la puerta, agarró su chaqueta del perchero, que estaba colocada al lado de la de ella. Mientras se la ponía, se acercó una de las mangas de la chaqueta de ella y la olió. Le encantaba irse a trabajar recordando una vez más su perfume. Se puso sus auriculares y se dirigió al Metro. Ya de camino al trabajo, mientras reproducía su lista de Spotify, releía una de sus últimas conversaciones con ella en Whatsapp. -Cariño -Dime, preciosa -Sabes qué? -Qué?

Clímax

Imagen
El reloj pasaba generosamente de las nueve y media de la noche y él se hace paso entre la poca gente que había ya en la estación de trenes de Santa Justa, en Sevilla. Corre por toda la estación, arrastrando su maleta con él mientras se dirige al mostrador esperando que no hubiera demasiada gente comprando billetes ya que no quedaba demasiado tiempo para que saliera su tren, destino Cádiz. - Solo una persona esperando. Vale, me da tiempo -se dijo para sí mismo mientras miraba la hora. Quedaban menos de 5 minutos para que saliera su tren. Llegó su turno y pidió rápido su billete. Mientras lo imprimían, preguntó la vía por la que salía y se dirigió allí a toda prisa. Bajó las escaleras mecánicas y buscó su vagón sin dejar de correr. - Coche número 3, asiento 132 -comprobó. Subió al tren y se hizo paso en el pasillo buscando su asiento. Para cuando lo encontró, una pareja se encontraba sentada en su sitio y no dejaban de comerse a besos. - Perdonad