Ojalá


Ojalá hagas mil planes. Aquellos que más ilusión te hagan. Ojalá se te desmonten todos una vez estés allí e inventes otros tantos que acaben siendo muchísimo mejor que los iniciales.

Ojalá sonrías mucho. Muchísimo. Que te duela la cara de sonreír. 

Ojalá descubras nuevos sitios. Ojalá hagas muchas fotos de esas que no subes a ninguna red social. Esas que acaban formando parte de la memoria de tu teléfono. Solo para ti. Para volverlas a ver muchos meses después y que te vuelvan a despertar una sonrisa al rememorar lo vivido.

Ojalá vivas de nuevo varias primeras veces. Ojalá descubras nuevos lugares. Nuevos países. Nueva gente. Ojalá siempre un continuo verano donde no se sienta el frío y solo importe el dónde amanecerás mañana.

Ojalá más noches donde descubras más de la vida de la gente con una copa en la mano.

Ojalá tengas un amor de verano. De esos frescos e inesperados. Ojalá conozcas a alguien tan interesante que se invente un nuevo significado para la lluvia en medio de unos 30 grados. Ojalá te descubra nuevas canciones y te contagie de su alegría.

Ojalá exprimas hasta el último segundo cada momento. Que cada trayecto cuenta hasta el final y es que hasta que no se para el tren todo puede pasar.

Ojalá vuelvas a casa después de una una noche de fiesta cuando ya es de día y no puedas evitar sonreír al revivir todo lo ocurrido en las horas previas.

Ojalá olvides las fechas que no debes recordar y que incluso aparezcan nuevos motivos por los que volver a acordarte de ese día.

Ojalá nunca pierdas el miedo a decir lo que sientes. A que seas sincero. A que te vayas a dormir cada noche sin nada pendiente y con la conciencia tranquila.

Ojalá hagas mucho el amor. En cualquier rincón de la casa. Hasta en el suelo de la cocina mientras el horno está puesto. 

Ojalá vuelvas a hacer planes. Ojalá vuelvas a tener ganas de coger trenes y aviones. Ojalá descubras más rincones del mundo y que mientras lo haces, ya empieces a planear tu siguiente escapada.

Ojalá que nunca se te acabe la pasión y las ganas. Ojalá cortes las cadenas que siempre te aten y seas libre para poder avanzar. Porque así podrás ir a donde te dé la gana. Ojalá sepas decir 'adiós' mucho antes la próxima vez. Ojalá sepas decir 'hola' sin temor a que no te contesten.

Ojalá aprendas a tocar canciones con la guitarra. Ojalá no te importe cantar delante de la gente. Ojalá te enseñen a bailar y que sigas haciendo el tonto por la calle por muchos años que pasen.

Ojalá te vayas y sepas dónde regresar. Ojalá nunca pierdas el miedo a volver a cambiar de ciudad y comenzar de nuevo sin importarte lo difícil que sea dar el paso. 

¿Y sabes qué? Que ojalá siempre lo hagas rodeado de buena gente. De esos que te quieren de verdad. De los que siempre están y los nuevos que llegarán. Y ojalá vivas más veranos de esos cuyas historias nunca mueren por muchas nuevas estaciones que vengan. Porque como siempre digo: el bronceado se acabará yendo pero los recuerdos quedarán grabados por siempre.

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